Oculta bajo el agua, mi alma dibuja frondas de ilusión. Aurora imponente y tranquila cierra mi corazón con un nudo de aroma hasta el ocaso inminente. Bajo los claros reflejos lo bien acostumbrado pasó por su horizonte, como una tempestad sobre lo más preciado. En la oscuridad de tus ojos me embriago con fragancias de algún paraíso que hay en el allá de mi estancia. La sangre de la noche de lunas cristalinas es el suspiro de un vago arrullo de tu idiosincrasia sin espinas. Un rio cantor me…